9 nov 2015

de pequeña me dijeron que no tenía que tararear por la calle, porque hay chicos malos que les gustan las chicas que cantan y bailan por la calle, porque se piensan que las chicas que tararean por la calle son chicas divertidas que quieren jugar, jugar de una manera que a mí no me gustaría. desde entonces, cada vez que escuchaba una canción desde los auriculares, evitaba seguir el ritmo con la pierna o con las manos, evitaba mover los labios siguiendo la letra de la canción, evitaba moverme para que ningún chico malo pensara que quería jugar de una manera que a mí no me gustaría.

de pequeña una vez me apartaron con el brazo, yo me sobresalté levantando los brazos como intentando aguantar el equilibrio para no caer. quizá fui un poco exagerada porque no me empujaron, solo me apartaron sin que me lo esperara. al ver mi reacción me dijeron «no tienes que ser tan bruta, porque eres muy bruta, no tienes que ser así». a partir de entonces controlaba mis movimientos intentando que fueran más suaves, más finos, más delicados.

de adolescente cuando me iban a presentar a un chico, me dijeron «no te hagas la tonta, por favor», yo no sabía a qué se refería con 'tonta' y le pedí que me dijera más explicaciones: «cuando estás con un chico eres muy tonta, te ríes por todo y comentas cada frase que dicen. tienes que ser seria, callada, y hablar solo cuando te pregunten». desde entonces escuchaba, asentía y evitaba hablar de mí o contar algo que no me habían preguntado a cualquier chico.

de adolescente me decían que no podía llevar los pantalones tan cortos porque las mujeres no visten así, solo las putas. y si alguien me veía así vestida podían pensar que era una puta, y yo no querría parecer una puta. nada de pantalones muy cortos o escotes, nada de medias de encaje. tampoco nada de ropa muy ancha y 'de chico', porque así no vestían las mujeres, y yo soy una mujer, claro.

crecí y aguanté las ganas de bailar cuando quería, de moverme como quería, de hablar lo que sentía, de vestir como me gustaba. me guardé dentro un montón de comportamientos que no entendía por qué estaban mal, pero tenía que asumir que eran malos, que eso no lo podía hacer. y conforme aguantaba, mi miedo surgía, mi miedo crecía por si sin querer, era capaz de hacer algo que no podía hacer. pensé: soy mala por querer hacer todo lo que no debo.

(menos mal que me alejé de todas esas personas, menos mal que cada vez tengo menos miedo a cantar y bailar por la calle, delante de la gente. que tengo menos miedo a decir lo que pienso, y pienso menos en cómo me muevo, en si soy más o menos bruta en mis movimientos. menos mal que me visto como quiero aunque me miren, y si me miran me arremango más los pantalones para que sean más cortos o asomo un hombro por la camiseta. o muevo más el culo al andar, si queréis mirar, miradme, miradme cómo hago lo que me da la gana, 
                                             porque puedo hacer lo que quiero hacer,  
                                                                                                           y lo hago. 
                                                                                                           me quiero libre)

9 comentarios:

  1. Creo que todas nos hemos sentido un poquito así, han hecho que nos sintamos así.
    De pequeña me decían que las chicas tenían que depilarse, que tenían que llevar vestidos y faldas, que tenían que estar siempre arregladas. De adolescente me decían que nada de camisetas de encaje, que nada de tacones altos, que nada de labios pintados.

    Nos hemos pasado media vida dejando que hiciesen con nosotras lo que les daba la gana a los demás. Nos hemos pasado media vida pensando en el "qué dirán" y en el intentar encajar.

    Qué feliz me hace que bailes, cantes, grites, digas lo que piensas, que seas más o menos bruta, que te vistas como realmente quieras y que muevas el culo porque te apetece hacerlo; porque todas tendríamos que hacer lo mismo.

    Abrazos una capital portuguesa ♥

    ResponderEliminar
  2. Ay, ¡que escrito tan genial! (me quiero libre, y te quiero libre conmigo ♥).
    Estoy muy cansada de preocuparme de lo que diga la gente, de que nos enseñen a no sobresalir, a no desencajar en la sociedad, cuando lo que tendríamos que hacer es ser nosotros y nosotras mismas, siempre.

    un abrazo enorme,
    y fideos picantes.

    ResponderEliminar
  3. ¡Señorita Vorágine!
    Pues he de confesar que prefiero un niño endemoniadamente enamorado que alguien conteniendo su pierna para no bailar tan fuerte que tiemble el suelo (e incluso produzca un terremoto en la otra punta del mundo).
    Hay personas prohibidas. En serio. Y como dices, ¡miradme el culo! Me encanta esa filosofía. Qué importa el mundo, qué importa lo que digan. Tan sólo, sé feliz :)
    Un besito, bonita.

    ResponderEliminar
  4. Nos educan mucho (y más a vosotras) en el no. En todo lo que no podemos hacer y está prohibido.
    Es un aprendizaje muy largo el que nos toca después, cuando somos adultos, para quitarnos todas esas taras y ser de nuevo nosotros mismos.
    Así que... ánimo.

    ResponderEliminar
  5. Gracias por dejarme descubrirte hoy, y por hacer que me quiera quedar con tus palabras.
    Te voy a seguir leyendo, que no te quepa duda,
    un beso
    www.humanfilters.blogspot.com

    ResponderEliminar
  6. "miradme cómo hago lo que me da la gana, porque puedo hacer lo que quiero hacer, y lo hago. me quiero libre"

    NO ME PUEDE ENCANTAR MÁS

    ResponderEliminar
  7. Crecemos obligándonos a actuar como nos hacen creer que es correcto, y entramos en una dinámica que solo nos hace daño, que nos cohíbe, que nos hace infelices.
    Yo estoy aprendiendo a dejar ciertos patrones atrás, aunque con la presión de la sociedad tenemos unas conductas tan interiorizadas que es difícil.
    Una entrada para reflexionar, yo también nos quiero libres.
    Nos quiero bailando.
    Tatareando.
    A todas.

    ResponderEliminar
  8. Y admira lo feliz que soy cuando me vale lo que piensan los demás de mi.

    Me encanta, que manera de sacarme una sonrisa :)
    Que nadie se quede callado o se reprima porque esta mal. Que todos hagan lo que se les de la gana.
    Porque hay que vivir, carajo.

    abrazos ( de oso )

    ResponderEliminar
  9. Jamás dejes que te cambien, que te hagan y deshagan a su antojo. Jamás seas como quieren que seas, al no ser que sea porque tú también lo quieres.

    Es lo único que nos queda, lo que nos hace especiales; Ser una misma.
    Y al demonio con lo que piensen.

    ¡Un abrazo! Te sigo ahora mismo.

    ResponderEliminar